En su reunión del pasado 18 de junio, el Consejo de Ministros francés aprobó el "Proyecto de Ley para favorecer la difusión y la protección de la creación en Internet". Eufemístico nombre para una norma que, simple y llanamente, busca acabar con la piratería digital. ¿Cómo? De una forma tan perversa como imaginativa: cortando a los usuarios la conexión a Internet. El razonamiento no puede ser más brillante: muerto el perro, se acabó la rabia. Vivir para ver...
Vamos a tirar de estereotipos. Tenemos a Pierre, vecino del bohemio Montmartre especialmente diestro en el arte del eMule. Siempre a la última en música y películas, nuestro pícaro amigo recibe un correo electrónico de algo llamado "Alta Autoridad para la difusión de obras y protección de derechos en Internet" (ojito con el nombre), donde le explican que eso de compartir contenidos protegidos está muy mal. El 70% de los internautas, ante semejante tesitura, desistalan el eMule y rezan porque no les venga a visitar la SACEM (léase, SGAE). No obstante, Pierre es un valiente (léase, insensato) y sigue bajándose archivos MP3 y AVI a espuertas. Y claro, la "Alta Autoridad" le envía una segunda misiva, en este caso por correo certificado. Una carta como esa provoca que el 95% de los usuarios le pongan una docena de velas a San Judas Tadeo, pero nuestro Pierre en un alarde de heroicidad (léase, necedad) se mantiene en sus trece. Y un buen día, ¡plof! Internet deja de funcionar, le meten unos meses en una lista negra y entretanto ni Orange, ni Neuf, ni ningún otro ISP le permiten conectarse. Ea.
Cambien "Pierre" por "Manolo", "Montmartre" por "Malasaña", "Alta Autoridad" por "Agencia de lo que sea" y "Neuf" por "Telefónica", y ya tenemos el caso extrapolado a nuestras fronteras. ¿Se imaginan la cantidad de dinero que se ahorrarían Promusicae, SGAE y compañía en demandas? Papá Estado se ocupa de velar por sus intereses, mientras les da la paga en forma de canon, y de paso les concede alguna que otra ayudita para fomentar la "descarga legal" de contenidos en Internet. Apasionante, ¿verdad?
He dicho muchas veces, y lo mantengo, que estoy a favor de que los autores reciban un justo premio por su creación artística. Pero no prerrogativas en exclusiva. Discográficas felices, ex-gratia del gobierno de turno, y ciudadanos haciendo cola en los tribunales para defender sus derechos. De locos.
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lunes, 21 de julio de 2008
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1 comentario:
¡Bravo! (léase genial).
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