"Se acaba la proyección de películas y la audición de la radio en los autobuses públicos. Las principales patronales del sector del transporte interurbano de viajeros, Fenerbús y Asintra, han recomendado a sus asociados que quiten de los vehículos los aparatos para evitar las reclamaciones económicas de las sociedades de gestión de derechos de autor" [+] La Voz de GaliciaResulta que poner una película o una canción en un autobús constituye un acto de comunicación pública, conforme al artículo 20 de la Ley de Propiedad Intelectual. Y eso genera un derecho irrenunciable de "remuneración equitativa" a favor de autores, artistas, productores... ¿Adivinan quién se encarga de cobrarlo?
La SGAE, por citar a la entidad de gestión más conocida, lleva tiempo incluyendo en sus tarifas generales a los "vehículos destinados al transporte de viajeros por carretera en líneas regulares o discrecionales". Si utilizan reproductores de música o vídeo, ¡clinc! Dinerito al canto. En 2000, cada empresa debía realizar un pago único por autocar de alrededor de 500 euros. La tarifa actual está fijada en más de 1.200, ¡hay que ver cómo sube la música!. ¡Ni el petróleo, oigan! Si un grupo como Alsa tuviese que pagar dicha cantidad por toda su flota (unos 1.500 vehículos), la factura se acercaría a los dos millones de euros. Tal y como va el sector, me da la impresión de que toda la música que van ustedes a escuchar en sus próximos viajes en bus será la de su iPod... si es que tienen la suerte de tener uno, claro.
Mantiene Fernanda Tabarés, también en las páginas de La Voz, que "lo que empezó siendo una digna labor que convertía en pasta el espíritu creador se parece ahora a una estrategia recaudatoria que atufa a usura". No puedo estar más de acuerdo.
:: Vía La Huella Digital
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