
Por lo demás, la pasada semana estuve en Pamplona, disfrutando de los San Fermines. Ya saben: camiseta y pantalones blancos, faja y pañuelo rojos, muchos excesos y pocas horas de sueño. Conclusión: en mi vida había visto una fiesta igual. Es como Os Caneiros (fiesta un tanto salvaje que se celebra en Betanzos, para los no iniciados), pero durante siete días y ocupando toda la ciudad. Irse a dormir y pensar que se está en un campo de refugiados es todo uno. Altamente recomendable. ¡Ah! Y si van, tengan cuidado con los toros: saben utilizar sus cuernos, no como nosotros.
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