Deportivo

Soy deportivista. Es un secreto a voces, de eso no cabe duda. Ayer se acabó la liga para nosotros. La ya famosa ley de Murphy que dice que "si algo empieza mal, acabará mal" se cumplió en toda su extesión. Desde la derrota con el Barcelona en Riazor -aprovecho para felicitar al campeón, por cierto- el equipo no levantó cabeza, y lo que parecía una remontada épica como las logradas ante el Paris Saint Germain o el Milan se quedó en agua de borrajas.

Ahora, si la UEFA no lo remedia, el Dépor se quedará fuera de toda competición europea. Y digo si no lo remedia porque es altamente probable que el equipo coruñés reciba una invitación para participar en la copa Intertoto, ese engendro que permite a los equipos que no han tenido su año participar en la descafeinada Copa de la UEFA.

Sin embargo, entrar en Europa sigue siendo capital para los blanquiazules. Por historia. Por caché. Y sobre todo, por dinero. No escapa a nadie que el club mantiene unas deudas ingentes que nos preocupan a todos los deportivistas. ¿Aguantará la entidad? ¿Será necesario realizar múltiples traspasos? ¿Podrán contratarse nuevos jugadores? Difícil tarea la del presidente Lendoiro...