Va de imanes

En la imagen que acompaña esta entrada pueden apreciar la foto de uno de los más peligrosos enemigos públicos de la sociedad europea. Fíjense en sus fauces amenazantes. En su encrespada cabellera. Asusta, ¿verdad?

Se preguntarán si me he vuelto loco. ¿Cómo un caballo del ajedrez -mi pieza preferida, llámenme ignorante- puede suponer un peligro para alguien que no sea un alfil o una torre? Las mentes privilegiadas de nuestros sapientísimos dirigentes comunitarios, no obstante, aprecian con claridad meridiana los letales peligros que conlleva una figura como esta. ¿Peste equina? ¿Emisiones de CO²? Nada más errado (o herrado, dadas las circunstancias). ¡Magnetismo!

Leo en "El Mundo" que Sanidad ha prohibido la comercialización de juguetes magnéticos en nuestro país, salvo que incluyan en sus envases un texto similar a este:

"Atención. Este juguete contiene imanes o componentes magnéticos. La unión de los imanes entre sí o a un objeto metálico dentro del cuerpo humano puede provocar lesiones graves o mortales. Si se han tragado o inhalado los imanes, busque atención médica inmediata"

¿El motivo? 32 niños europeos -sobre una población de 500 millones- han tenido que ser atendidos en los últimos dos años por tragarse un imán. Razón más que suficiente, por supuesto, para retirar del mercado juegos de mesa magnéticos, imanes de nevera... El sindicato de peones de ajedrez (blancos, que los negros están ocupadísimos intentado recabar pruebas) ya piensa en manifestarse. Y mientras, los ciudadanos nos preguntamos a qué se dedican nuestros políticos en estos tiempos de crisis.