Bochornoso

De acuerdo. Ayer Madrid rozaba los 40ºC, y caminar por sus calles se convertía en un acto de heroicidad bañado por un sol de justicia. Pero en el Congreso de los Diputados, nuestros representantes tienen (o deberían tener) un flamante y eficaz aire acondicionado pagado por todos los españoles. Acalorarse, por tanto, no tiene excusa.

Comentaba hace días Victoria Prego, en su blog, que le preocupaba enormemente el ambiente tenso que se respiraba en los pasillos parlamentarios en la presente legislatura. Y visto lo visto, tenía motivos. Se discutía en Comisión la actuación del Gobierno en el incendio de Guadalajara. 13000 hectáreas calcinadas, 11 muertos, y el PP pidiendo que rueden cabezas. El Gobierno, con toda la razón, por otra parte, replica que las competencias sobre Medio Ambiente (que incluyen extinción de incendios) están transferidas a las Comunidades Autónomas, y que los medios estatales actuaron cuando se les requirió para ello desde la Junta de Castilla la Mancha (otra cuestión es que sea lamentable que el sistema funcione así, pero es lo que hay). El PP insiste que la culpa es del Gobierno, lo que provoca la indignación de Pérez Rubalcaba, que llama "mentirosos" y "caraduras" a los diputados populares en los pasillos del Congreso. Y se lía la de San Quintín...

Rafael Hernando, diputado del PP natural de Guadalajara, que venía del entierro de uno de los fallecidos en el incendio (hermano de un amigo suyo), monta en cólera y se encara con Rubalcaba, increpándole y diciendo "eso no me lo dices a la cara". Acebes, Zaplana y Carme Chacón lo sujetan e intentan tranquilizarlo, a la par que las redacciones de los periódicos empiezan a buscar el ingrediente favorito de toda noticia en nuestro país: el morbo.

Vean dos ejemplos de como se puede afrontar un mismo hecho. Así está de politizada la prensa en nuestro país:

:: El País :: Un diputado del PP intenta agredir a Rubalcaba
:: Libertad Digital :: Rubalcaba acusa de fingir a un diputado del PP que venía del entierro de un amigo

¿Qué nos queda por hacer a los ciudadanos? Lo primero, comprender la situación: fastidia que te acusen de algo de lo que estás convencido de que no eres el principal culpable (por el Gobierno), pero fastidia más ver morir a un amigo por una descoordinación administrativa (por el diputado del PP), aunque sea de una Junta Autonómica y no del Estado Central. Lo segundo, pedir calma, una vez más. Tanta crispación no lleva a ninguna parte, señores políticos. Acaban de comprobarlo.

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