
Dejando a un lado Santiago de Compostela, que es un mundo aparte, le llamó especialmente la atención el coruñés Parque de San Pedro. Y no me extraña. Parece mentira que hace sólo unos años aquello fuese un puesto de baterías de costa y un accidentado basurero. Sin embargo, esfuerzo y perseverancia se unieron en su momento para intentar generar la zona verde urbana más amplia de Galicia. Y lo lograron: un completo éxito.
Dejemos a un lado los problemas que sufre la planta de reciclaje de Nostián, que sustituyó al antiguo vertedero de Bens. Dejemos también a un lado discusiones acerca de ascensores panorámicos, presupuestos o similares. A nadie se le escapa que la rehabilitación de la zona ha sido espléndida, y un ejemplo a seguir para la macrotransformación urbana que se avecina: el traslado del puerto. De las instituciones depende que esta obra alcance unas cotas de aceptación tan elevadas como las del vecino parque. Esperamos que así sea.
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