Universidad

Publicado en http://www.circulocoruna.org/

No deja de ser lamentable que, en pleno siglo XXI, la Universidad de La Coruña se mantenga anclada en un modelo académico y estructural prácticamente decimonónico. La modernidad de sus instalaciones y la juventud de sus profesores contrastan con la falta de imaginación en lo que a nuevas iniciativas se refiere, y con la escasa inversión en los factores que hoy en día preocupan a esta sociedad.

A nadie parece importarle que nuestros arquitectos, ingenieros, diplomados y licenciados terminen la carrera sin poder aprovechar el potencial que ofrecen la informática o el inglés, dos áreas de conocimiento cada vez más importantes en la sociedad de la información en la que vivimos. Cuenten el número de ordenadores a disposición de los alumnos de la facultad de derecho, por poner un ejemplo. Cerca de dos mil alumnos, y menos de cincuenta ordenadores…

Por otra parte, no cabe duda de que el mayor problema de los titulados universitarios, hoy en día, es la búsqueda de su primer empleo. No deja de sorprenderme el funcionamiento de los servicios de orientación profesional de otras universidades: convenios con la empresa privada y con las administraciones públicas, prácticas remuneradas que se adaptan a los horarios de los jóvenes… Lo preocupante es que me sorprenda que las cosas funcionen -relativamente- bien: ¿dónde está ese servicio en la UDC? Los pocos que lo conocen sufren su mal funcionamiento, sus carencias, y una inoperancia reconocida desde el interior. Su mejor consejo: ¿has pensado en opositar?

Sinceramente, no creo que el problema de la Universidad sea de presupuesto. Es de mentalidad. Una mentalidad conformista y acomodada de la que no son sólo culpables los dirigentes, sino todos los sectores que confluyen en la institución. Despertemos. No sigamos hipotecando nuestro futuro.